sábado, 3 de octubre de 2009

Ella....

Alzo la mirada y allí esta ella sentada en el umbral de su puerta.El sol peina lentamente su blanquecino pelo mientras sus arrugas muestran la dureza de la guerra y dan paso a una enorme sonrisa que no consigue quitar protagonismo a esos brillantes ojos, alegres y despiertos que buscan sin cesar la figura de su nieta.
Sus mano, blancas, arrugadas y cansadas de trabajar cuentan al mundo, en silencio, las injusticias de una dura vida pasada.
Ella, no hace falta nadie mas, alumbra a la ermita entera, con sus historias, esa gracia que le hace una mujer de la tierra, una madre, hija, abuela, hermana extremeña.


Esta noche, de nuevo pediré encontrarme contigo en uno de esos sueños que unen tu mundo y el mío.

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